Vacunados contra el dolor... ajeno.
29 de Diciembre 2012. Son casi las 7pm, la oscuridad ha cubierto ya Roma. Viajo con mi hijo y su novia en mi pequeño automóvil. Manejo yo, voy con prudencia, como siempre. Acabo de pasar bajo uno de los arcos del muro que circunda el (hoy) centro de la ciudad, me hallo en la zona de Porta Maggiore, una plazuela importante donde confluyen trenes, buses y automóviles; es decir, mucho tráfico. El auto que me precede frena ligeramente y yo hago lo mismo. Lo hago casi por reflejo para mantener una distancia apropiada. No transcurre ni un segundo(de tiempo) cuando siento un fuerte impacto que remece mi carro. La novia de mi hijo suelta un grito, lo que me hace recordar que las mujeres tienen los reflejos más rápidos, según mi propia teoría, aunque la Medicina diga lo contrario. "Conch..., ¡ya me dañaron el carro!", digo dentro de mí. Enciendo las luces de emergencia y me pego hacia la vereda, activo el freno manual, apago el motor y me bajo. Fuera hace mucho frío. El auto que me ch...