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Visualizzazione dei post da febbraio, 2017

Las ollas milagrosas de mi madre.

Yo no sé cocinar poco, medido, calculado. Cuando me toca cocinar en casa o cuando cocino en casa por el simple placer de hacerlo, siempre cocino mucho, bastante, harto. Y sobra comida para la cena y hasta para el calentado del siguiente día. No es mi intención exagerar, la cosa me viene de por sí, natural, sin quererlo. Sucede todo lo contrario con mi esposa, mi compañera, la Super Mamá de mis Hijos, ella cocina exacto o casi. Cuando la veo cocinar me viene la impresión de que alguien se quedará con hambre, que las raciones no serán suficientes. Naturalmente no sucede así, las raciones son exactas o, por lo general, sobra poco, muy poco o casi nada. Mi 'costumbre' de cocinar abundante ha sido motivo de polémica familiar, porque en oportunidades hemos tenido que tirar la comida al cesto de los desperdicios, en verano mayormente. Más tarde, analizando con calma, hemos hallado 'la fuente' de proveniencia de nuestros hábitos y hemos convenido en que lo mío es más que eso,

Mi Madre, eterna como el Padre Eterno.

Mi Madre es sempiterna, como Papà Dios. A diferencia de EL, mi Madre no es un invento de las religiones. Ella Existe y vive aún. Muchos en su natal Jacas Chico pueden dar Fe, y no solo allá. Pueden hacerlo también las gentes, entre parientes, " vecinos y esquinos "* que la vieron de niña pastorear sus ovejas por las frìas laderas de Los Andes de aquella parte del Perù. O las tantas gentes que la vieron pasar por cada lugar de la sierra central y Rupa-Rupa, adonde iba en caravana, llevando consigo el producto de sus entrañas, siguiendo los sueños del hombre que la quiso como compañera. Mi Madre no es omnipotente ni omnipresente, pero ha dejado huellas de su paso por los lugares que sus menudos pies transitaron, y dejará aún, tengo la certeza.  Ella misma, mi Madre, dice que vivirá 'quién sabe hasta cuando...'  , palabras suyas que dan a entender un vasto período, indefinible en el tiempo, inestimable en cifras, ilimitado, eterno. Y esta casi certeza le viene de un hec

El ponche de mi abuela!, una Tradición Familiar.

Esta mañana, mientras ocupaba mi tiempo en preparar 'el rico ponche', por el Cumpleaños de Mi Heredero Mayor, mi mente me catapultò a los tiempos de mi abuela. Fue Inés la fundadora de esta Tradiciòn Familiar. Era ella que en cada cumpleaño preparaba este rico dulce a base arroz, huevos y harta leche. Otros ingredientes que recuerdo (y usamos en casa hasta la fecha) son el clavo de olor y la canela. Pero, con sinceridad, el ponche que preparaba mi abuela era otra cosa! Algo le agregaba la Señora Inés, un ingrediente secreto que no dió a conocer ni a sus màs cercanas colaboradoras, y se llevó a la tumba su secreto. Dudo que dejara escrito en alguna parte la bendita receta. El ponche de mi abuela tenìa un sabor y aroma muy particulares que no he podido igualar. Ella hacìa un ritual de la preparación, y no lo hacía sola. Todo iniciaba muy temprano en la mañana. Se reunían varias señoras, ella las dirigìa: Una se ocupaba del fogón y del ollòn sobre el fuego, no debía dejar el pue