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Será muy poco...

En Roma estaba amaneciendo cuando leí las publicaciones relativas al deceso de mi caro amigo David Orosco Alania y aún hoy, después de casi un año, el pesar me embarga aún. El enterarme tardíamente, a casi una semana del fatal suceso, le agregaba pesar a mi pesar. Circunstancialmente -no recuerdo si aquel mismo día-, tuve ocasión de leer la idea vertida por Guillermo Echevarría Robles, el de denominar "David Orosco Alania" a una de las calles de Huánuco. La idea me pareció genial y coincidí con ella. Lo que no sé es si hoy, pasados casi 1 año - con el dolor y el pesar mitigados por el tiempo-, aquello podrá ser una realidad, pero... cualesquier cosa se haga en honor del extinto, será muy poco.  Será muy poco comparado con lo mucho que ha dado para los pueblos de aquella región centro oriental del Perú, especialmente Cerro de Pasco, Huánuco, Tingo María, Pucallpa y aledaños. El acontecer diario y la problemática de cada uno de estos departamentos, provincias, distritos

¿La ley de la muerte?

Cuando niño no tenía idea de lo que fuese la muerte hasta que -debo haber tenido 6 o 7 años, pienso- supe que mi amiguito de juegos, un niño de mi misma edad (supongo) que sufría de epilepsia, murió ahogado en el río Tulumayo, en el actual distrito de Pumahuasi, en la selva central de mi pais. Mientras se bañaba le sobrevino uno de sus ataques y, fue fatal, pues no tenía a nadie vigilándolo. Aquel hecho marcó mi 'relación' con la huesuda. No tenía idea completa de lo que suponía morir, pero recuerdo, cuando llegó a mis oídos la noticia sobre el fin de mi amiguito, pensé que lo volvería a ver todavía, en algún momento, para jugar sobre los montones de aserrín haciendo caminos, puentes y túneles por los que 'viajaríamos' aún, empujando con nuestras pequeñas manos nuestros rudimentarios carritos, retazos de listones que encontrábamos por doquier en los campos aledaños al aserradero de los Vásquez para el que trabajaban nuestros padres. La segunda vez que mencionaron

¿He olvidado a Dios?*

Ayer fue "Viernes Santo", fecha muy importante en la creencia católica, pero ni siquiera lo tomé en cuenta. Ocupado en mis quehaceres y buscando mengua para mis achaques prematuros, no me fijé en el calendario, o quizás sí, pero los tiempos (mis tiempos) han cambiado, han mutado, se han transformado. Yo mismo ya no soy el mismo de los años de mi niñez, de cuando comenzando desde el mediodía del Jueves Santo me invadía una sensación de 'extraña soledad' e inseguridad. Es que 'Dios estaba por morir' y, en mi frágil mente de niño de campo, casi montaraz, imaginaba al mundo desolado, débiles y desprotegidos a los seres que lo pueblan, expuestos sobremanera a los ataques del maligno. Lo que me embargaba era una sensación de casi absoluta incerteza e inseguridad. Creía que 'no estando Dios' vivo, vigilante, cualquier cosa (no sabía qué) podía sucedernos. Es decir, 'Dios era mi protector' y mi dador de seguridades en aquellos tiempos de mi ingenua inf

¿Perder soga y cabra?

Siguiendo los acontecimientos de estos últimos días, me pregunto ¿qué cosa es que lleva a hombres encumbrados -qué sé yo si lícitamente- a 'jugarse el todo por el todo' en haras de retener el poder o de pretender 'reconquistarla', si ya perdida. Lo digo por el lamentable final del 'líder líbico' Muammar Gheddafi*, encontrado en unas alcantarillas y masacrado salvajemente. ¿Qué hacía allí aquel hombre que en sus buenos tiempos gozaba de la atención y cuidados de 100 chicas vírgenes, a quienes se atribuía 'el derecho' de desflorarlas él, y solo él?, ¿dónde estaba su personal de seguridad y aquellos que aún 'confiaban' en él? Todo me hace pensar que en aquella alcantarilla estaba solo. La inteligencia -y no solo, sino también el instinto de supervivencia- nos hacen percatarnos de la inminencia de un peligro, y mucho más si ésta es de muerte. Al parecer, hombres como Gheddafi no están munidos de ese don vital que, en muchos casos y más como en estos,

Mis 58...

Son tiempos idos aquellos en los que "esperaba con ansias" que llegara el 8 de Octubre, Día de mi cumpleaños. No es que haya crecido con déficit de afectos, no. Al contrario, creo que, al menos eso, he tenido en demasía. Ciertamente, mucho más en aquellos 'días especiales': 8 de Octubre y Navidad, camionadas de afecto y demostraciones de ternura y amor, y no solo de mi madre. Por lo demás, aunque muy poco me ha interesado desde cuando tengo uso de razón (si lo habré tenido alguna vez), para aquellas fechas 'estrenaba siempre ropita y zapatos nuevos'. Posiblemente en esas razones radicaba mi ansiedad en esperar los 8/10 de mis años infantiles. La Navidad, lo he citado en segundo lugar, no porque de acuerdo al calendario llega desde siempre después de mis cumpleaños. Lo he hecho a propósito porque la Natividad es Fiesta general, para todos los niños. En cambio el 8 de Octubre era todo para mí. Yo era 'El Reyezuelo', el único, el ungido, todos los demás n

¡35 lluviosos marzo!

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Marzo ha sido siempre mes de lluvias. Sin embargo, aquella mañana del 2 de Marzo de 1976 el día era excepcionalmente magnífico, el cielo estaba limpio de nubes y el sol brillaba esplendorosamente. Mis pasos se dirigían al hospital Hermilio Valdizán de mi ciudad natal donde horas antes había nacido mi hijo Ledinh. Caminaba apresurado con una mezcla de preocupación y nerviosismo muy intensos, pero... todo pasó cuando la enfermera me dió la gran noticia: "su hijo es varón". Olvidé todo, no recuerdo ni siquiera haber dado las gracias a aquella enfermera. Me alejé dando brincos y riendo de contento. Aún hoy me veo retozando como una gacela, despreocupado de las miradas atónitas de la gente y de los acechos del destino. Es que, la mañana espléndida y aquel sol esplendoroso no me hacían presagiar el trágico destino de aquel mi 'Hijo Varón'. Destino trágico que lo llevó lejos de la tierra que lo viera nacer, lejos de las querencias y de la casa familiar para terminar con sus