¡35 lluviosos marzo!


Marzo ha sido siempre mes de lluvias. Sin embargo, aquella mañana del 2 de Marzo de 1976 el día era excepcionalmente magnífico, el cielo estaba limpio de nubes y el sol brillaba esplendorosamente. Mis pasos se dirigían al hospital Hermilio Valdizán de mi ciudad natal donde horas antes había nacido mi hijo Ledinh. Caminaba apresurado con una mezcla de preocupación y nerviosismo muy intensos, pero... todo pasó cuando la enfermera me dió la gran noticia: "su hijo es varón". Olvidé todo, no recuerdo ni siquiera haber dado las gracias a aquella enfermera. Me alejé dando brincos y riendo de contento. Aún hoy me veo retozando como una gacela, despreocupado de las miradas atónitas de la gente y de los acechos del destino.
Es que, la mañana espléndida y aquel sol esplendoroso no me hacían presagiar el trágico destino de aquel mi 'Hijo Varón'. Destino trágico que lo llevó lejos de la tierra que lo viera nacer, lejos de las querencias y de la casa familiar para terminar con sus días en una madrugada invernal -singularmente fría- al otro lado del Atlántico, un 15 de Enero del 2003.
Se ha llevado con él una parte muy importante de nuestras vidas, mucho de nuestras alegrías y todas nuestras esperanzas, las que cifrábamos en él.
Su repentina partida aquel frío Enero ha nublado por completo el sol resplandeciente de la mañana de su nacimiento y ha cubierto con oscuros nubarrones aquel hermoso cielo azul de mis recuerdos.
Hoy 2 de Marzo que escribo estas frágiles líneas, está lloviendo sobre Roma, pero no solo llueve sobre La Ciudad Eterna. Llueve también sobre nuestros corazones y sobre nuestras memorias.
Y es mi dolor que me hace decir que mi hijo Ledinh hoy habría cumplido ¡35 lluviosos marzo!.

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