Nicomedes Santa Cruz: "A cocachos aprendí".

Dudo que haya alguien que no haya recitado, o al menos escuchado, esta décima de Nicomedes Santa Cruz Gamarra. A mí personalmente, desde la primera vez que lo escuché, allá por el año -debe haber sido 65-, me encantó. Lo repetía a cada momento que, al percatarse el profe, me llevó al frente, delante de la pizarra, para recitarlo frente a mis compañeros. Me acuerdo que lo hice sin mímicas y mis 'amiguitos' se burlaban. Uno de ellos, el más pícaro, se paraba frente a mí como un soldado, rígido, y comenzaba a recitar: "A cocachos aprendí...". De esto último también se dió cuenta el profe y sacó al frente a aquel que más me molestaba y le pidió que lo hiciera con mímicas. Al parecer no era tan sencillo. No se sabía la poesía completa y... tampoco hizo mímicas!. Desde aquel entonces ya no me fastidiaban más. Era seguramente por el temor a que el profesor los hiciera recitar. He aquí la décima cuyo título es realmente "La escuelita":

La escuelita

A cocachos aprendí

mi labor de colegial

en el Colegio Fiscal

del barrio donde nací.

Tener primaria completa

era raro en mi niñez

(nos sentábamos de a tres

en una sola carpeta).

Yo creo que la palmeta

la inventaron para mí,

de la vez que una rompí

me apodaron "mano´e fierro",

y por ser tan mataperro

a cocachos aprendí.

Juguetón de nacimiento,

por dedicarme al recreo

sacaba Diez en Aseo

y Once en Aprovechamiento.

De la Conducta ni cuento

pues, para colmo de mal

era mi voz general

"¡chócala pa la salida!"

dejando a veces perdida

mi labor de colegial.

¡Campeón en lingo y bolero!

¡Rey del trompo con huaraca!

¡Mago haciéndome "la vaca"

y en bolitas, el primero...!

En Aritmética, Cero.

En Geografía, igual.

Doce en examen oral,

Trece en examen escrito.

Si no me "soplan" repito

en el Colegio Fiscal.

Con esa nota mezquina

terminé mi Quinto al tranco,

tiré el guardapolvo blanco

(de costalitos de harina).

Y hoy, parado en una esquina

lloro el tiempo que perdí:

los otros niños de allí

alcanzaron nombre egregio.

Yo no aproveché el Colegio

del barrio donde nací...

Lo dice el grande Don Nicomedes: "Tener primaria completa era raro en mi niñez..." y, efectivamente, la gente de antes no terminaba la primaria. Uno de aquellos que no terminó la primaria fue mi padre. Se quedó en Tercero solamente, pero... LA EDUCACIÓN DE ANTES ERA OTRA COSA!, nada que ver con aquello que en nuestro Perú actual llaman con ese nombre. Mi padre -recuerdo- me corregía hasta cuando estuve en Tercero de secundaria, en algunas materias. Y yo mismo recuerdo que los niños de mi tiempo terminábamos Transición sabiendo leer y escribir. Hoy por hoy en nuestro país sucede eso solamente con los niños genio. ¿Qué pasó?. ¿En qué momento se produjo ese desfase que nos condujo a la situación actual?. No sé.

En 1976 cuando cursaba el Tercero de universidad, el Ministerio de Educación de Huánuco solicitaba 'profesores' para implementar la Reforma Educativa de aquel entonces, si mal no recuerdo. Entre los requisitos se mencionaba 'el tener mínimo Tercer año de secundaria'. Eran casi los inicios del golpista Francisco Morales Bermudez y, humildemente, yo pienso que fue en aquel entonces que 'la educación del Perú se fue al diablo'. Inmediatamente después (perdonen mi desmemoria: Creo que fue un año o dos antes) vino la reducción de los horarios de clases; lo que antes se estudiaba mañana y tarde de lunes a viernes y los sábados medio día, se pasó a medio día de lunes a viernes. Era ya demasiado -me parece-, y hoy estamos viendo los resultados: Chicos de Tercero y Cuarto grado que leen deletreando y escriben pésimo. Una pena.

Y habría mucho por decir aún sobre este tema. Creo que el problema no está en los alumnos, sino en los profesores. Más pena aún.

He aquí otra décima de Nicomedes Santa Cruz: "Ritmos negros del Perú". Que lo disfruten.


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