Del dicho al hecho...
En
esta entrada le voy a dar duro a los curas y a las religiones; así
que, si son demasiado religiosos(as), les recomiendo no seguir
leyendo.
Existe
el supuesto que El Hombre creó a dios y aquel otro, más arraigado
porque es la base de todas las religiones, de que Dios creó al
hombre. En ambos supuestos, 'a su imagen y semejanza'.
El
primer supuesto, con el que estoy más de acuerdo, es fácilmente
verificable porque El Hombre existe, es real, es concreto, palpable e
innegable, y tiene la incerteza y la inseguridad esculpida en sus
genes que le hacen ir en busca de Algo o Alguien superior, y allí
está la razón del por qué Creó a dios 'a su imagen y semejanza'.
En
cambio la segunda suposición -repito, la más arraigada-, no tiene
ningún asidero válido, pues a Dios creador nadie lo conoce, nadie
lo ha visto jamás, nunca. La Biblia y los evangelios nos dicen que
es Eterno, Todopoderoso, Omnipotente y Omnipresente; es decir, que
todo lo puede y está 'en todas partes' a la vez; que todo lo ve, que
todo lo oye, que no hay modo de evadirlo, pero todo ello no pasa de
ser simple palabrería, pues cuando Moisés subió a La Montaña,
aquella vez que bajara con las Tablas de los Mandamientos, Dios no se
percató que 'su pueblo' estaba adorando al becerro de oro.
Desde
otro ángulo, solo para rebatir que Dios no lo ve todo y, si
verdaderamente existe, posiblemente sea sordo, ciego y mudo. El caso
es que los curas dicen que 'debemos confesar nuestros pecados' para
que Dios nos perdone. ¿Si Dios que todo lo ve ya vió mis pecados,
qué objeto tiene que los confiese? Sería torpe pedir que confiese a
un ladrón al que pillamos infraganti, con las manos en la masa.
Otro
asunto que no se me cocina es aquello de 'La Tierra prometida'.
¿Acaso Dios con su inmenso poder y omnipotencia no podía 'regalar a
su pueblo' tierras vírgenes y despobladas, y no precisamente
aquellas que menciona la Biblia?. Se dice que Moisés mandó una
expedición (nocturna, me parece) hacia la otra ribera del Jordán y
aquellos expedicionarios regresaron con frutas exquisitas y miel, y
no recuerdo qué más. ¿Por qué tenía que usurpar Dios aquellas
tierras ajenas? Luego, en los evangelios, Jesús (¿el Hijo de Dios?)
no explica aquello y predica con sus famosas parábolas, dizque (vean
en Marcos: 4:10,11 y siguientes) para que "mirando, vean y no
perciban; y oyendo, escuchen y no entiendan; para que no se
conviertan, para que sus pecados no les sean perdonados...". La
primera vez que leí aquello con sentido crítico, quedé anodadado,
estupefacto, cariacontecido y turulato; pensé que allí, por fuerza,
tenía que haber un error, ¡y qué error!. Consulté otras biblias,
cambiaban algunas palabras y el contexto en el que Jesús declaraba
aquello, pero el sentido del mensaje era el mismo.
Era
inconcebible para mí, pues se dice que "La Biblia es
Infalible". Además, ¿acaso no era Jesús el que predicaba
"Amad a vuestros enemigos"?. ¿Y, entonces?, pues,entonces,
parece que Dios -y si no El, su Hijo- era (es) Segregacionista y
Discriminador, con mayúsculas.
¿Qué
objeto tenía perder tiempo y gastar saliva a sabiendas que no le
entenderían? ¿No hubiera sido mejor que hiciera la prédica a sus
solo allegados y apóstoles, y luego explicara a los mismos el
significado de sus parábolas? En resumen, allí hay una
contradicción.
Una
contradicción grande, colosal que, hasta el momento, ninguna de las
Iglesias (evangélicos, testigos, menos aún los católicos) han
sabido explicarme. Es más, en la oportunidad que tuve de hablar
sobre el particular con un cura (en Pésaro, una linda ciudad
italiana a orillas del Adriático), me respondió insultando y casi
con enojo dijo que 'eran tonterías, estupideces' (sic), que 'no se
debe poner en tela de juicio' lo que está escrito en la ¿Santa
Biblia?.
¿Y
quienes son los que deciden la santidad de las personas o de las
cosas?, pues la Iglesia. Así, las religiones y quienes se hallan en
sus vértices, tienen tantísimo Poder -no solo económico-, e
influyen en modo desmesurado en las decisiones políticas de las
naciones, aunque no lo creamos. En algunos paises, sobre todo en
aquellos en vias de desarrollo, y más aún en aquellos del Tercer
mundo, el credo de las personas está establecido
constitucionalmente.
Los
conformantes del clero, en todas partes, en todas las religiones,
creen ser Dueños de la Verdad. Ok, digamos que es así, pero quien
tiene la verdad de su parte tiene que tener argumentos razonables
para convencer a quienes tienen dudas, y no responder con evasivas o,
peor aún, con insultos.
Ellos,
los del clero, hablo en este caso de la Iglesia Católica, predican
el Evangelio de Jesús, pero sus prédicas en confronto de sus hechos
son completamente contradictorios. Jesús jamás tuvo lujos, ni usó
ropas ni zapatos exclusivos como El Papa, que se dice 'Representante
de Dios en la Tierra'. Jesús no tuvo comodidades ni usó
indumenentaria ni joyas preciosas. Lo que representa El Papa son sus
intereses propios, los del clero e iglesia en general. Hoy por hoy el
sacerdocio no es más una vocación, pues se ha convertido en una
profesión, muy lucrativa. Aparte, gozan de inmunidad ante las leyes,
como lo demuestran los casos de los curas pedófilos casi a nivel
mundial, con muy escasas excepciones.
No
tengo datos concretos, pero se dice que la Iglesia Católica es dueña
del 75% de los edificios antiguos de la Ciudad de Roma. Sin embargo,
lejos de compartir tanta riqueza (no sucede solo en Roma), incitan en
sus prédicas a los feligreses a 'abrir sus puertas a los
desheredados', a compartir sus panes y sus abrigos con los
menesterosos, pero ¿y ellos, deben solo pedir y nunca dar?. Piden
limosnas a todos los asistentes a las misas; aparte, cada santo está
dotado de una alcancía, debes dejar alguito, si no no te hace el
milagro que solicitas. Es decir, solo piden. Es de notar que no hemos
tocado el 8 x 1000, otra forma de meter las manos en los bolsillos de
los ciudadanos, al menos acá en Italia.
Retomando
el tema de 'la profesión sacerdotal', hará una semana,
aproximadamente, me subí a un autobús en hora punta. Detrás mío
subió un sacerdote muy joven, alto, buen mozo, parecía actor de
cine, posiblemente irlandés. Llevaba un libro de Teología que leía
un poco y cerraba con sus delicadas y muy bien cuidadas manos, daba
la impresión de estar memorizando algunos pasajes. No había
asientos libres, íbamos parados como otros tantos. En un paradero,
más adelante, de pronto subió un vagabundo con las ropas sucias y
raídas, y naturalmente con un hedor propio de los que no se bañan.
La gente normal le hizo espacio para que pase y se acomode, pero
miren lo que sucedió con el curita de marras. Ni bien lo vió subir,
inmediatamente se puso en guardia. Para su mala suerte, el vagabundo
se dirigía propiamente hacia el lugar donde él leía. El curita se
pegaba a la carrocería del bus lo más que podía, pero no era para
dar espacio a aquel pobre desheredado, intentaba 'escapar' de él y,
cuando el vagabundo fue a ubicarse exactamente delante de él, hizo
un mohín con la cabeza y alzando el libro hasta donde pudo hizo un
gesto de disgusto (y desprecio), y cambió de lugar. Es por eso y por
muchas otras cosas (que veo), que digo que el sacerdocio no es más
una vocación. Entre las 'muchas cosas' que veo está que estos patas
viven en la abundancia, en lujosos edificios, con todos los
servicios, con jardines bien cuidados, canchas de tennis y piscina.
¿Jesús, a quien dicen imitar, habrá vivido con todas esas
comodidades? Ni en sueños.
Son
ellos mismos, los del clero, los culpables de la decadencia de la fé
de muchas personas, por sus discursos y accionar sumamente
contradictorios. No me convencerán jamás que actúan movidos por
sanos y cristianos sentimientos.
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