La parábola de los talentos de oro.

Hoy, a propòsito del relato de una amiga muy ìntima sobre una anècdota ocurrida en una farmacia, me vino a la mente la Paràbola de Jesùs, referida a los 10 talentos de oro. El error debe ser mìo, pues recuerdo que eran 10 talentos repartidos en 5,3 y 2, pero he visto en otros relatos que son solamente 8, repartidos en 5, 2 y 1. Las ùltimas cifras entregadas siempre a los menos aptos, no se sabe por què escondida razòn. El relato seguramente lo conocen todos o casi. Lo curioso es que el patròn (aquel de la paràbola), debiendo partir para un largo viaje, entrega 'talentos de oro' a sus sùbditos de mayor confianza. Cinco a aquel de cuya fidelidad no tiene dudas, dos al que se halla en un rango intermedio y, por ùltimo, uno al individuo que se encuentra en el peldaño màs bajo en cuanto a fidelidad. Y ya esto ùltimo, desde mi punto de vista, es una decisiòn sumamente arbitraria. Con todo, lo que se sabe es que, al retorno del patròn, aquel de los cinco, habìa duplicado los talentos. Lo mismo aquel de dos, para beneplàcito suyo y del patròn. Ambos, el primero y el segundo entraron a formar parte del estrecho cìrculo del propietario. En cambio el ùltimo, temeroso de las iras del patròn en caso de pèrdida o hurto, no querièndose endeudar con èl, habìa escondido bajo tierra el ùnico talento recibido y se aprestò a devolverlo por entero, sin ganancias y sin pèrdidas.
Aquel pobre sùbdito fue claro en su discurso de devoluciòn del talento de oro. Dijo al patròn que, conociendo que cosechaba donde no habìa sembrado y recogìa donde no habìa esparcido, prefiriò esconderlo. El patròn, furioso, respondiò: "Sùbdito malo y ocioso, si conocìas còmo soy, por què no pusiste mi dinero en el banco para que, al menos, generara intereses?". "¡Quìtenle el talento y denlo al que tiene diez!". La paràbola termina diciendo que el Reino de los Cielos es semejante al relato, a quien tiene mucho se le darà mucho màs, pero a quien no tiene, aùn lo poco que tiene se le quitarà. Lo que quiere decir que El Reino de los Cielos ya està aquì, ahora. Dios està dando a los Ricos y Potentes Màs Riqueza y Poder, mientras los Pobres y Desheredados cada vez estàn siendo desposeìdos aùn de sus bienes màs elementales.
Hay cosas que escapan a mi entender en el relato bìblico. Una cosa sencilla podrìa haber sido el de depositar èl mismo (el patròn) los talentos en el banco. Podrìa haber tenido la certeza de sus intereses, aùn cuando hoy por hoy hasta eso es improbable. Recordemos el crack bancario argentino en el que perdieron sus ahorros muchìsima gente. O, no muy lejos en el tiempo, lo que sucediò con el Banco Monte Paschi di Siena, la organizaciòn bancaria màs antigua del planeta, si no me equivoco.
Llama tambièn mi atenciòn aquello de "¡Quìtenle el talento y...". No habìa necesidad de hacerlo, pues el sùbdito lo estaba devolviendo por propia cuenta, no se lo estaba quedando para èl..., ¡què diantre!.
Otro punto con el que no concuerdo es el uso de las paràbolas por parte de Jesùs. Creo que ya hablè sobre eso. Controlarè o tocarè el tema en un post futuro.
Termino con la anècdota de mi amiga en la farmacia. Ella entra y es testigo de un animado diàlogo entre el farmacista y un mèdico que hacìa de cliente:
"Venga a visitarnos, doctor, a usted le haremos siempre un descuento. Son catorce pero pague solo doce".
Efectivamente, el mèdico-cliente paga los doce euros, agradece, saluda y sale.
Era el turno de mi amiga. "A este punto, tambièn a mì me haràn ustedes un descuento..."
"Pero ¿por què le debemos hacer descuentos, quièn es usted?"
"Acabo de ver el descuento que habeìs hecho al señor que me precedìa..."
"Ah, pero èl es un mèdico...".
Mi amiga insistiò: "Propiamente por eso, èl es mèdico, tiene plata; en cambio yo soy pobre, soy una pensionada". Me cuenta que el dependiente la mirò casi con enojo. Luego, por intercesiòn de otro, le hicieron 30 centèsimos de descuento sobre una suma que superaba los cuarentaicinco euros. Es decir..., los que tienen tendràn, los que no tienen seràn despojados aùn de lo poco que tienen.
¡Estamos viviendo los tiempos bìblicos!¡Los ricos pueden comprar el Reino de los Cielos!
Un ùltimo pensamiento: ¿Què tiene Dios contra los pobres y desposeìdos?

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