Amores computados (La historia de "Mi computadorita").

Casi puedo jurar que jamás pasó por mi mente 'tener mi propia computadora'. Las primeras noticias sobre 'las máquinas inteligentes', en mí y en muchos de nosotros, entonces trabajadores de una grande constructora -hablo de la década de los 80-, crearon angustia y miedo (casi pánico), debido al temor de 'quedar desplazados', sin trabajo, pues hasta entonces las planillas de sueldos y salarios, y toda documentación contable (y similares) eran hechos a mano. Quincenalmente trabajábamos dos días consecutivos, de amanecida, para completar el pago de jornales de cerca de mil obreros. Ayudados por simples calculadoras de 4 operaciones básicas, comenzábamos el martes por la tarde, miércoles día y noche, jueves día y noche, el viernes por la madrugada tenía que estar lista la Planilla. Aquel día se sacaba el dinero del banco, por la tarde se ensobraba y el sábado se pagaba a la gente. Se ganaba bien, recuerdo, pero ni aquel 'buen salario' de entonces me habría permitido comprarme una computadora. La razón es que, en aquel entonces, me parece que ni hipotéticamente existía en la mente de los creadores la posibilidad de fabricar computadoras personales. Las de aquel tiempo eran inmensos maquinones que necesitaban para ellos solos una oficina entera. La otra verdad es que necesitaban también de profesionales 'programadores', escasos en aquel momento. A partir de allí comenzaría 'mi extraña relación' con las computadoras. Digo extraña porque me inspiraban 'temor', no sé si por la experiencia primigenia de mi miedo (no solo mío) a perder el puesto. Algunos años después llegaría la fiebre de la computación como 'Carrera del Futuro'. Se comenzaría a dictar cursos, primero a los directivos y mandos medios de las empresas, por parte de la IBM y otra empresa cuya razón social no recuerdo. Más adelante con el boom del Programa (Sistema Operativo le llamaban) MS - D.O.S. de Microsoft., se extendió el dictado de cursos para todos los trabajadores. Fue el incio verdadero de la masificación del conocimiento computacional (no sé si es el término exacto, pero no importa). Entretanto (entreTONTO debería decir), yo continuaba con mi temor a relacionarme con las benditas máquinas. No había perdido el puesto, ni ninguno de los que trabajaban conmigo lo hicieron, pues había mucho quehacer. Creo que influyó mucho el hecho de trabajar siempre en provincias, alejado de los centros urbanos, pero no podía ser de otro modo, pues prestaba mis servicios en el ramo de Construcción Civil. En determinado momento llegué a pensar que nunca aprendería computación y 'la fijación de aquel pensamiento' desde mi subconsciente impedía cualquier atisbo de 'buena intención' para iniciar mi aprendizaje. Recién en el 2000 me inscribí en un curso gratuito de computación. El MS-D.O.S. ya había pasado de moda, se usaba Windows 95, también de Microsoft,  para todo. Era un sistema operativo mucho menos complicado que su antecesor. Para entonces (y creo que algunos años antes) ya existían las famosas laptop, las computadoras personales, pero aparte de pesar 'muchos kilos', costaba 'un chuchón de dinero'. Esta última frase le escuché a mi padre en alguna ocasión, no propiamente refiriéndose a las computadoras.Pero el mundo entero ya estaba cerca, muy cerca de la Gran Revolución. El curso gratuito me sirvió para conocer nociones sumamente básicas, en la práctica casi nada, pero pude ver la gran diferencia entre el D.O.S y Windows 95. Aquella constaba de todo un catálogo de combinaciones de teclas que se debían memorizar, necesariamente. Windows en cambio era un sistema muy simplificado, al alcance de todos, o casi. Aún con todo lo aprendido, mi condición no dejaba de ser la de 'un perfecto analfabeto en Informática'. Esta palabrita, informática, ya venía circulando desde tiempo atrás para denominar conocimiento de Internet y Computación. Internet y computadoras son como uña y carne, no creo posible la existencia de uno sin el otro. Pienso que internet ha sido causa fundamental en la masificación de las computadoras. De otro modo su uso no habría pasado de las grandes oficinas a las casas. En todo caso, pienso que habría solo pertenecido a una élite muy reducida, como a los poseedores de un preciado diamante, se me ocurre, pero -y menos mal- no es así.
Todo lo que sé sobre computación e internet, en la práctica, lo aprendí acá, en Roma, donde vivo desde el 2003. Entrando a interactuar directamente con 'los aparatitos' la cosa se simplifica, se hace más fácil y, cosa extraña y casi milagrosa: El mismo aparatito te enseña, te guía, te conduce y -hasta- te corrige si equivocas. En suma, la Ciencia y la Tecnología han desarrollado (¿evolucionado?, ¿revolucionado?) tanto que, hoy por hoy, los niños ya no vienen al mundo con su pan bajo el brazo, sino 'con su computadora'. Pues sí, desde muy temprana edad, los niños de hoy se familiarizan con los benditos aparatos. A tanto hemos llegado que, hasta yo tengo uno (¿o una?). Hoy por hoy existen infinidad de estos aparatos en el mercado, diversidad de marcas, modelos y tamaños, peso y capacidad. Yo escogí uno de apenas 1GB de memoria RAM, de color azul marino brillante, hermoso. Lo ví, me enamoré... y me lo llevé a casa.
Es pequeño, de marca Asus, seguramente de 20cm x 30cm, pesa (seguramente también) alrededor de 1 kilogramo y medio o dos. En Febrero 10 de este 2012 ha cumplido 2 añitos. Hubiera querido celebrarle una fiestita con torta y vino, pero... parece que no le gustan las juergas. No sé si tratarla como a uno de 'sexo' masculino (compiuterino en italiano quiere decir 'pequeño computador') o 'a una' de sexo femenino, pues cuando mis 'niveles de afecto' por ella (no quería decirlo, pero ya lo dije) suben al máximo, la llamo, amorosamente, "Mi Computadorita". La verdad es que la amo, pues como no amar a algo o alguien 'que te da todo sin casi pedir nada a cambio'. Si por ella no fuera, cómo, de qué modo podría haber 'publicado' los tantos 'discursos sin importancia' escritos (de mi puño) hasta hoy. No digo "de mi puño y letra" porque las letras las pone ella, y me da un sinfin de posibilidades para escoger. En ella, en mi computadorita, he encontrado al amor de mi vida. No es celosa y está disponible cada vez que se me antoja 'usarla' (¿o será ella que me usa, más bien?), es mi confidente, pues guarda todos mis secretos y me permite -en tiempo record- enviar mensajes hasta el otro lado del océano, y también recibirlos, naturalmente; chatear en tiempo real con quien o quienes se encuentren conectados a internet a través de sus respectivas computadoras; aceptar o rechazar amistades, guardar en absoluto secreto documentos escritos u hojitas de cálculo, fotos, canciones, leer libros, revistas,diarios, ver films y videos (propios o comerciales), jugar ajedrez (y ganar 'haciendo trampa') y otros juegos,  etc., etc., pero la Ciencia y la Tecnología han hecho también (por puro Business) que nuestros benditos aparatitos tengan una reducida 'vida útil'. Así, mi amada computadorita, desde hace algunos meses ya me está mandando mensajes de S.O.S., hay partes dentro de ella que están comenzando a deteriorarse y, no sé por cuánto tiempo podrá acompañarme aún. Para mí es ya un golpe duro, desde ahora, saber que 'mi compañerita tiene un mal incurable'; es como saber que alguien muy querido padece de un cáncer terminal. Me vienen hasta ganas de llorar por mi pequeña cosucha y sé que no podré acostumbrarme fácilmente a otra. Es que... no soy de aquellos que olvidan fácilmente los 'amores computados'.

Commenti

Stefy ha detto…
jijiji este post no lo había leìdo todavía :D
Larga vida a tu computadorita! :)

Ps. no te demores en escribir el próximo post :)

Post popolari in questo blog

Carta para mi hijo que pronto será papá.

La curva del diablo

¿Perder soga y cabra?